domingo, 27 de marzo de 2011

Juan López

Juan López fue un bachajonteco que encabezó una rebelión fallida de los tzeltales, una mezcla de Hércules griego con Augusto Sandino, el nicaragüense; y un poco de mesianismo artúrico. Su origen es oscuro, se dice que un dios del inframundo (allá es dónde residen los dioses) embarazó a una joven tzeltal que estaba en una cueva refugiándose de la lluvia.


Su nombre se hizo famoso cuando fue uno de los generales de la rebelión inspirada por María de la Candelaria, la niña originaria de San Juan Cancuc que tuvo visiones de la Virgen del Rosario pidiéndole la liberación de los indígenas. Sus aventuras y trabajos lo hicieron legendario, de hecho, la caprichosa orografía de Chiapas guarda memoria de sus proezas.


Llegó a tener tanto prestigio, que los mismos de Cancuc lo intentaron matar: si le cortaban la cabeza, pero se la volvía a colocar; si le cortaban cualquier miembro, pero se lo volvía a acomodar; finalmente lo cortaron en múltiples pedazos y cada pedazo lo tiraron en una cueva distinta a lo largo de las montañas; sin embargo, se volvieron a juntar, pues todas las cuevas llevan al mismo lugar. Allá abajo, en las cuevas, está esperando el momento en el cual regresará para liberar definitivamente a los bats'il winik de la dominación kaxlan. En castigo, los hombres cancuquenses todavía visten su falda de manta arriba de la rodilla.


Hace unos años, me comentó un tzeltal, en el D.F. vieron un hombre, joven por las mañanas y viejo por las noches, todos los días, finalmente se dieron cuenta de que era el mismo, y era Juan López, luego desapareció. Otros aseguran se alzó con los zapatistas, pero luego volvió a las cuevas, esperando el momento adecuado.


Referencias: Nuestra Raíz (Te jLohp'tik) de Jan De Vos; tradición popular (Pascual Pérez, Santiago Cortés, ....)




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