domingo, 17 de julio de 2011

¿Qué aprendí?

Ayer sábado 16 de julio, día de Nuestra Señora del Carmen, llegué a la central de autobuses de Monterrey, después de haber salido de allí seis meses antes.
Aunque todavía creo que es muy prematuro hablar de enseñanzas y experiencias para toda la vida, después de esta experiencia, por lo menos hoy, pienso haber aprendido lo siguiente:
  • No hay peor miseria que la espiritual.
  • El hombre es el mismo, su naturaleza no cambia, aunque las circunstancias lo hagan.
  • Vivir en comunidad es importante.
  • En cuanto una cultura se abre (aunque sea por una nueva carretera), es influenciada por las culturas próximas, y cambia.
Obvio, espero haber aprendido mucho más que eso, pero por lo menos son las primeras reflexiones. He terminado de caminar un pequeño tramo de este bello sendero que es la vida, ¡a seguir caminando!

Haiku

Monstruos verdes,
tatuados de milpas,
sobre la selva.

martes, 14 de junio de 2011

XXV

Soy católico y crecí en un ambiente católico: mi familia es católica y siempre ha participado en grupo católico, una abuelita es de la tercera orden franciscana; desde primaria hasta preparatoria estudié en escuelas católicas; nací en un país en el cual históricamente, el catolicismo ha formado una parte fundamental en su idiosincracia y cultura.

Uno de los principales valores de la cultura católica es el amor por la familia. G.K. Chesterton, escritor católico inglés, subrayaba el valor de la familia en la construcción de una mejor sociedad, la familia es la única forma de gobierno donde se puede vivir la justicia en su máxima expresión. San Pablo decía que el Reino de Dios es "justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo", el lugar ideal para empezar a hacerlo realidad es el hogar.

Hoy mis papás cumplen 25 años de casados, los dos se han esforzado por crear una familia en la cual se vive todo lo anteriormente mencionado, empezando por el punto más importante en la constitución de cualquier familia: el amor entre los esposos. Hoy les dedico este post, agradeciéndoles lo mucho que hasta ahora han hecho por nosotros a través de su amor mutuo.

martes, 24 de mayo de 2011

Desde Pinabetal



Una tarde.

San Juan Chamula: Donde los ídolos se visten de santos

Este domingo pasado, 22 de mayo, Elías, Pancho y yo fuimos a San Juan Chamula, lugar donde los santos son ídolos.




San Juan Chamula es un municipio vecino de San Cristóbal de Las Casas, habitado por tsotsiles, ha sabido aprovechar el turismo indigenista de la región: cobran por entrar en la iglesia, sus principales van vestidos de manera tradicional a la plaza central y venden artesanías indígenas a precios iguales o más elevados que en San Cristóbal. Sin embargo, su principal atractivo, es su religión, un sincretismo, paganismo cuyos ídolos son imágenes católicas.




Dentro de la iglesia, antiguo templo católico, los laterales están cubiertos de estatuas de santos, están, codo a codo: San Pedro de las llaves, San Judas Tadeo, Sagrado Corazón de Jesús mayor, Sagrado Corazón de Jesús menor, la Virgen de Magdalena, San Juan menor y hasta San Pedidor, entre otras imágenes religiosas; al frente, en el presbiterio, está San Juan Bautista, como santo sobre todos los santos. Está prohibido entrar con sombrero puesto o cámara.




El suelo está lleno de hojas de pino y velas encendidas en hileras de 13 (número sagrado). Los chamulas están arrodillados en el suelo enfrente del santo de su devoción, le llevan refresco, huevos y posh (bebida alcohólica obtenida del maíz), de vez en cuando llevan gallinas para sacrificar allí. Llevan las bebidas (refresco y posh) para compartirlo con sus dioses y les hacen libaciones de posh, les hablan en voz alta (sin gritos pero audible) sobre sus problemas, necesidades y peticiones. Ese domingo había bautizos y tenían acorralado al padre en una esquina con un pequeño baptisterio, había fila y apenas eran bautizados los niños, los llevaban casi corriendo a presentarlos con la imagen de San Juan Bautista.




Saliendo del templo, fuimos a dar vuelta al tianguis, donde se venden desde radios hasta aguacates, pasando por artesanías, calzado, etc... A un costado del tianguis está una plaza, donde los principales del pueblo estaban sentados, listos para juzgar y vestidos de manera tradicional, con sus chujes (una camisa de lana gruesa y larga de color negro o blanco, que se viste encima de la camisa y pantalón, llega hasta las rodillas) y sus sombreros de palma con coloridos listones.